Normas

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Normas para consejos pastorales parroquiales

Arquidiócesis de Los Angeles, 1999

Traducido por Francisco Boronat, Sch.P.

Oficina de Consejos Pastorales

Maria Elena Uribe, Coordinadora

Planificación es lo que mejor describe el trabajo del consejo pastoral. En 1993, la asamblea de sacerdotes de la Arquidiócesis de Los Angeles aprobó ésta función de planificación, y convocaron a todas las parroquias de la arquidiócesis para que establecieran un plan pastoral. Los tres trabajos de planificación son el estudio, la reflexión y la recomendación. La presente revisión empezó en 1997 bajo la dirección de Maria Elena Uribe, Coordinadora de la Oficina de Consejos Pastorales.

Capítulo 1: Introducción

El por qué de los consejos pastorales

Una norma que puede servir para contestar la pregunta anterior está basada en dos preguntas: Primero, cuál es la ventaja para los párrocos establecer el Consejo Pastoral?. Segundo, qué pueden llevar a cabo los feligreses sirviendo en el Consejo Pastoral? Nuestra experiencia de más de treinta años puede contestar ambas preguntas. Los párrocos establecen consejos pastorales para pedir consejos prácticos en materias pastorales. Los párrocos creen que el Espíritu del Señor habla por boca de su pueblo. Consultan a sus consejos porque quieren saben qué es lo más sabio y prudente llevar a cabo. Fuera de los expertos no puede él juzgar qué es lo mejor para una parroquia particular, puesto que aquellos no son parte de la misma. Los Consejos ofrecen lo que ningún experto puede ofrecer, es decir un juicio sobre las necesidades de una parroquia en particular. Esta es la razón principal para la constitución de un Consejo.

Los parroquianos quieren servir en Consejos, para poder aconsejar al párroco de una manera prudente. Todo líder necesita tener buenos consejeros. Las recomendaciones que provienen del Consejo Pastoral serán buenas tanto y cuanto el Consejo consiga su meta. Esta meta es investigar materias pastorales, reflexionar intensamente sobre ellas para sacar conclusiones que sean viables. Los miembros del Consejo son conscientes de que el Espíritu del Señor está presente en su comunidad. Tienen que estudiar la situación pastoral para que la comunidad tome conciencia de sí misma. Los miembros tienen la satisfacción de realizar un trabajo muy importante para la parroquia que repercute en el bienestar de la Iglesia. Este es el motivo primario de servicio.

Estas normas fueron desarrolladas pensando en los párrocos y miembros de consejo. Contienen sugerencias prácticas para hacer resaltar el valor de los Consejos. El valor más importante de los Consejos, hemos indicado, es aconsejar al pastor de una manera prudente. Este consejo proviene de los fieles que pueden estudiar materias pastorales más detalladamente, reflexionar sobre ellas más intensamente y sacar recomendaciones prácticas. Las normas que siguen pretenden ayudar a que el trabajo a realizar se haga más fácil. Se han presentado unos principios básicos sobre el Consejo Pastoral. Los principios se han ilustrado con investigación de última hora. Los párrocos y miembros del consejo encontrarán en estas normas las razones por qué la Iglesia quiere que se lleven a cabo, y formas prácticas para encontrar un valor positivo en ellos.

El título de estas normas “Comunión y Consulta” presenta dos ideas importantes para los consejos pastorales. Comunión (comunicación) es la palabra que mejor describe la relación entre el párroco y los parroquianos. Consulta es lo que el párroco inicia con el consejo. Ambas son esenciales, ambas expresan el espíritu de estas normas.

HISTORIA LOCAL

Los consejos fueron recomendados a un nivel parroquial por la Arquidiócesis de Los Angeles el 1979 cuando se publicaron las primeras normas. Con la publicación en el 1983 del Código de Derecho Canónico consejos se empezaron a llamar consejos “pastorales” refiriéndose al Canon #536. El Decreto de los Obispos del Vaticano II recomendó los consejos “pastorales” a un nivel diocesano. Muchos consejos continuaron a promover varios trabajos de la parroquia como había recomendado el Vaticano II en el Decreto del Apostolado de los Laicos. Esta fue otra mayor recomendación del Vaticano II.

En el 1991, la Archidiócesis revisó las normas bajo la dirección de Mr. Jaime Mendoza. Esta revisión dió a los consejos pastorales un trabajo específico de planificación pastoral. Los tres trabajos de estudio del consejo pastoral son la planificación, la reflexión y la recomendación. La presente revisión empezó el 1997 bajo la dirección de Mª Elena Uribe, Coordinadora de la Oficina de los Consejos Pastorales.

PROSPECTUS

CAPITULO 2: Presenta la razón teológica de la Iglesia para el establecimiento de los consejos bajo la luz del Concilio Vaticano II.

CAPITULO 3: Expresa la razón y funciones del consejo pastoral, usando la terminología del planeaminto pastoral.

CAPITULO 4: Describe los métodos y principios de cómo funciona un consejo. Se da mucha importancia en el desarrollo de la agenda.

CAPITULO 5: Describe el trabajo y las relaciones del consejo. La relación del consejo con los empleados de la parroquia.

CAPITULO 6: Cómo se forma un consejo pastoral.

CAPITULO 7: Recomienda modelos cómo escoger los miembros del consejo.

Los consejos pastorales han sido un éxito en los Estados Unidos. Se encuentran en tres cuartas partes del país de 18,000 parroquias, de acuerdo con “The Notre Dame Study of Catholic Life since Vatican II”. Estamos convencidos de que son un éxito puesto que los párrocos sienten la necesidad de ser aconsejados en materia pastoral, es también un hecho que los parroquianos quieren poner sus dones al servicio de la parroquia. Nuestras normas quieren realizar este trabajo tan importante.

Capítulo 2: Llamados a servir

Las funciones principales de un consejo pastoral paroquial

¿Cómo empezaron los consejos pastorales, y por qué es que La Iglesia los impulsa? Para contestar esta pregunta debemos recurrir al Concilio Vaticano Segundo, 1962-1965, cuyos documentos recomiendan los consejos pastorales. Sin embargo, los orígenes de éstos son mucho más antiguos. Los consejos pastorales muestran el concepto que la iglesia tiene de la participación, comunión, dones, y consulta. Estos conceptos existieron desde los orígenes de la Cristiandad. En este capítulo, los lectores conocerán el origen del consejo pastoral y sus raíces en la tradición cristiana.

CREACION Y DISPOSICION

El Vaticano Segundo recomendó favorablemente a los consejos como una forma de fomentar la actividad pastoral. Los obispos del Vaticano II declararon que, bajo la dirección del párroco, los consejos pastorales han de investigar todo aquello que concierne al trabajo pastoral, reflexionar sobre ello, y proponer soluciones prácticas. Esta enseñanza del Vaticano II fue reafirmada por el Código de Derecho Canónico en 1983. El Arzobispo de Los Angeles aprueba los consejos pastorales como forma eficaz de practicar la corresponsabilidad entre los miembros del Pueblo de Dios, e impulsa a todos los párrocos a establecer consejos en sus parroquias. “Los consejos pastorales de la parroquia, ayudan a fomentar la actividad pastoral (can. 536), distintos a los consejos financieros que prestan su ayuda al párroco en la administración de los bienes de la parroquia”. (can. 537)

Los documentos oficiales de la Iglesia, nos dan varios indicios al respecto de los consejos pastorales. Comienzan por describir a sus integrantes: El consejo pastoral consiste de miembro de la parroquia a quienes el párroco consulta ya sea por su conocimiento, competencia, o preeminencia. A través de ellos, el párroco investiga las necesidades y deseos de la parroquia. Los miembros del Consejo parroquial colaboran plenamente estudiando y reflexionando sobre los problemas pastorales, dando recomendaciones y soluciones prácticas. El párroco los consulta para beneficiarse de su punto de vista, ya que los miembros del consejo contribuyen con su conocimiento práctico, que es distinto a los conocimientos académicos del personal de la parroquia.

¿Cuál es el propósito de los consejos? La Iglesia ha hecho varias declaraciones sobre este tema. Como ya hemos dicho, el consejo pastoral estudia todo lo relacionado con el trabajo pastoral. El objetivo del consejo es ayudar a que la identidad y actividades de la parroquia se adhieran cada vez más al evangelio. Como también lo que es ayudar en la labor apostólica de la parroquia, lanzar iniciativas, y coordinar varios organismos laicos autónomos. Para alcanzar sus objetivos, los miembros del consejo han de ofrecer al párroco sugerencias apropiadas que le permitan planear el programa pastoral con el cual las pueda llevar a cabo eficazmente.

La palabra “pastoral” no se refiere solamente a los temas que el consejo estudia, es decir, “al trabajo pastoral”, sino también a la persona misma del párroco, quien como autoridad de la parroquia, solicita la ayuda del consejo. De él proviene la iniciativa y organización del consejo, es él quien convoca a las reuniones, y preside el consejo como aquel que ama a su pueblo y busca los mejor para ellos.

En conclusión, el consejo pastoral es un organismo de personas escogidas, para estudiar, razonar, y meditar sobre la misma comunidad, en unión con el párroco, cuando éste lo cree necesario. El consejo no tiene razón de ser sin el párroco.

PRINCIPIOS FUNDADOS EN LA TRADICION

Los consejos pastorales son una manifestación de las ideas fundamentales y tradicionales de la Iglesia. Aunque las enseñanza específica de la Iglesia sobre los consejos es reciente, están basados en los principios más antiguos de la Iglesia Primitiva, como son la comunión, participación, dones, y consulta.

El primer fundamento de comunión, nos lleva al corazón de la identidad Cristiana. Los Cristianos son elegidos y llamados a la unión con Dios. La Primera Carta de Pedro dice esto sobre la comunión Cristiana: “Ustedes son una raza escogida, una sacerdocio real, una nación consagrada, individuos seleccionados para cantar las alabanzas de Dios que los convocó de la oscuridad a su luz maravillosa” (2:9). Todos los Cristianos formamos un solo ser. Dios nos ha unido. Nuestra comunión es la base de nuestros esfuerzos en nombre de la Iglesia. La participación, el segundo de los fundamentos, afirma que dentro de la comunión cristiana todos participamos. Los cristianos son participes del Cuerpo de Cristo. San Pablo dijo, “así como el cuerpo es uno, aunque contiene muchas partes, y todas las partes del cuerpo, aunque son muchas aun forman un solo cuerpo, también Cristo…” (1 Cor. 12:12)

El bautizo ordena a cada Cristiano a continuar la misión salvadora de Cristo. Cada uno está llamado a continuar esta misión, y cada uno tiene algo que contribuir. Trabajamos unidos para alcanzar la realización del Reino.

El tercer fundamento de la tradición cristiana es el de los dones. Como miembros del Cuerpo de Cristo, todo cristiano tiene algún don del Espíritu Santo, dado para el beneficio de La Iglesia. San Pablo enseñó, que “existen diferentes muestras de virtud espiritual pero el mismo Espíritu existen diferentes maneras de servicio pero el mismo Señor; existen diferentes tareas pero el mismo Dios que lo provoca en todos” (1 Cor. 12:4). No todos disfrutamos el mismo don. Los párrocos están dotados del don de liderazgo. Los párrocos buscan en los miembros del consejo los dones de sabiduría y prudencia. Todos nosotros en la Iglesia participamos según nuestros dones.

El último fundamento es el de consulta. Antiguamente, los líderes de la Iglesia, obtenían asesoramiento de la comunidad. Los apóstoles y patriarcas se reunían en el Consejo de Jerusalén, por ejemplo, para deliberar si los cristianos, no judíos, estaban obligados a cumplir el Código de Moisés (Actos 15, Gal 2). No se tomó ninguna decisión hasta que todos los participantes, incluso Pablo y Bernabé, tuvieron oportunidad de hablar. El consultar garantizó que los líderes recibieran asesoramiento adecuado y que la comunidad permaneciera unida. Lo que fue importante durante el primer siglo, sigue siendo importante hoy. Los párrocos siguen consultando a la comunidad para recibir consejo adecuado y para unir a la comunidad. Las cuatro antiguas ideas de comunión, participación, dones, y consulta son las que hay que destacar en los presentes consejos pastorales. En 1965, el Vaticano II recomendó la creación de consejos pastorales. Más tarde, esta recomendación preliminar se desarrolló en otros documentos oficiales. Sin embargo, la creación de los consejos pastorales tiene sus raíces en la antigüedad Cristiana.

Capítulo 3: Pautas extraoficiales para los consejos pastorales de las Parroquias

El consejo pastoral:

Una entidad para la planificación pastoral

La creación de los consejos pastorales se apoya en los documentos oficiales de la Iglesia y en las antiguas enseñanzas Cristianas sobre la comunión, participación, dones, y consulta. ¿Pero, cuál es la labor que desempeña el consejo pastoral? En pocas palabras, la planificación pastoral. Los Consejos ayudan a los párrocos a planear el programa pastoral para la parroquia. A continuación, explicaremos el propósito y las funciones del consejo pastoral, y cómo la planificación pastoral fomenta el acuerdo general y el discernimiento de la Divina Providencia.

PROPOSITO

El Papa Pablo VI afirma que el consejo pastoral debe “examinar y considerar todo lo correspondiente a la labor pastoral y brindar soluciones útiles, para lograr así que la conducta y actividad de las creaturas de Dios se adhierán más al evangelio”. Al analizar esta aclaración, descubrimos que contiene las tres partes que se explicarán a continuación.

La primera parte determina que los consejos pastorales examinen todo lo que concierne a la labor pastoral. El término, “labor pastoral” es muy amplio. En resumen, incluye todo el trabajo del párroco, incluso el bienestas de la comunidad, las necesidades de la parroquia, y asuntos que requerirán atención en el futuro. El consejo pastoral ha de identificar y estudiar plenamente estos asuntos.

La segunda parte explica que los consejos pastorales han de considerar todos los asuntos antes mencionados con el fin de llegar a la verdad. Ningún consejo puede quedar conforme con un estudio meramente cuantitativo sobre cualquier asunto de la parroquia. Es necesario cuestionar los hechos y los números desde el contexto de la comunidad de Fe; es necesario reconocer sus puntos fuertes y débiles. También hay que proyectar esta cuestión hacia posibles problemas en el futuro. Cuando el consejo considera asuntos pastorales, lo hace con el fin de discernir la presencia de Dios en cada situación, y ora para descubrir el llamado a la acción que Dios está haciendo a la parroquia.

La parte final de la definición tiene que ver con soluciones prácticas. Una vez que el consejo ha ponderado e investigado alguna situación, tiene que formular un juicio, y proponer al párroco posibles soluciones. Ha de determinar el curso de acción más conveniente para su parroquia en particular, y no para la diócesis en general. La meta es llevar a la parroquia a conformarse más y más con el Evangelio. Estas tres partes de la definición del Papa Pablo VI expresan los objetivos del consejo: Examinar, considerar, y proponer soluciones prácticas.

LA LABOR DE PLANIFICACION

Planificación, es lo que mejor describe el trabajo del consejo pastoral. En unos de los primeros documentos de los años setenta, el Vaticano declaró que el estudio y la reflexión de los documentos pastorales del Concilio Vaticano es lo que mejor prepara a una comunidad para organizar su propio programa pastoral de una manera sistemática, y le ayuda a llevarlo acabo de manera efectiva.

La planificación pastoral se puede lograr de muchas maneras, y la iglesia no quiere interferir con la libertad del párroco para consultar cuando el lo crea conveniente. Salvo este respeto a la autoridad del párroco, podemos delinear las funciones básicas de la planificación. En 1993, la asamblea de sacerdotes de la Arquidiócesis de Los Angeles aprobó estas funciones, y convocaron a todas las parroquias de la arquidiócesis para que establecieran un plan pastoral.

La planificación debe comenzar con vistas al futuro. Toda parroquia tiene una misión, es decir, un fin o meta que Dios le ha confiado. Mientras que cada parroquia comparte la misma meta de traer hasia ella un pueblo fiel, ninguna cumplirá su objetivo de la misma manera. De ahí que el primer paso de la planificación, y la primer función del consejo, sea discernir la manera en que Dios esta llamando a la parroquia a cumplir su misión.

¿Cómo desarrolla la visión y esclarece la misión de la parroquia el consejo pastoral? Empieza por identificar las necesidades pastorales de la parroquia. Todas las parroquias anhelan desarrollar los dones que Dios les ha entregado, y este anhelo desata la imaginación de sus miembros. Las parroquias empiezan por renovar sus programas; con liturgias más joviales y más hospitalarias, con una mejor educación religiosa, con reparaciones exteriores, con la inclusión de las personas mayores y menores, las de menos recursos, y así sucesivamente. La lista de probables necesidades en la parroquia es interminable. Los Consejos Pastorales ayudan a los párrocos a percibir todas las necesidades.

Sin embargo, ninguna parroquia, puede lograr todo lo que le gustaría. La comunidad parroquial únicamente puede rendir determinado ingreso, recurrir a ciertos voluntarios, y circular limitadamente a su personal tan estrecho. Una vez que la parroquia identifica sus necesidades, los ordena de acuerdo a su importancia. Los consejos pueden enfocar su labor sobre otra sección de la planificación: Pueden ayudar a los párrocos a comprender la voluntad de Dios.

Después que el consejo identifica y pone en orden de importancia las necesidades de la parroquia, la tarea más importante de la planificación pastoral empieza; esta tarea, de hecho, es mencionada en el Código Canónico. La labor fundamental del Consejo es encontrar las soluciones a las necesidades de la parroquia. Un consejo efectivo investiga a fondo la situación de la parroquia, se reúne con los miembros de la parroquia y compara lo qué los expertos aconsejan sobre el tema; considera las diversas opciones y el costo de cada una. En fin, estudia todo lo que puede sobre la materia bajo consideración. ¿Por qué? Porque un buen consejo comprende que la prudencia es una forma de comprensión. Es necesario entender cuál es la acción más apropiada para la parroquia. El estudio y reflexión sirven para establecer una base y para asegurarse que las determinaciones tomadas sean más efectivas.

Después de estudiar plenamente cualquier situación, el consejo da su recomendación; tomando en cuenta la indicación del párroco, recomienda lo que debe hacer la parroquia. Esta es la razón de ser del Consejo, y donde encuentra su plenitud. Una vez que el consejo ha estudiado totalmente la situación de la parroquia, y que ha tomado en cuenta las recomendaciones de los expertos evaluándolas del punto de vista de la parroquia, llega a comprender íntegramente y puede hacer recomendaciones acertadas. Ya sea que el párroco acepte o no sus indicaciones, el consejo puede estar orgulloso de un trabajo bien hecho.

EL PROCESO DE LA PLANIFICACION, Y NO DE INSTALACION

Después de que el consejo haya presentado sus conclusiones al párroco, queda todavía mucho para hacer. Las recomendaciones del consejo tienen que implementarse. Sin embargo, el implementar las recomendaciones del consejo, no es estrictamente el trabajo del consejo. De hecho, los párrocos piden a los miembros del consejo que las lleven a cabo, y los miembros aceptan. Pero hay que saber que cuando actúan así trabajan como voluntarios bajo la dirección del párroco. Como voluntarios, llevan a cabo las directivas del párroco quien ha aceptado las recomendaciones del consejo y ha decidido implementarlas. Cuando las recomendaciones han sido hechas, entonces empieza de nuevo el ciclo de planificación. Es posible que el párroco solicite al consejo una evaluación sobre la manera en que se están llevando acabo sus recomendaciones.

Este capítulo ha definido el propósito y las funciones del consejo pastoral. Ha definido el propósito del consejo en los tres términos según los documentos del Vaticano. Los documentos dicen que el consejo estudia, reflexiona y recomienda. Es más, este capítulo describe las funciones del consejo durante la planificación pastoral. Este mismo consejo proclama y aclara la misión de la parroquia, desarrolla una visión de un futuro inmediato, identifica las necesidades más importantes de la parroquia y saca conclusiones prácticas. Después de hacer estas recomendaciones al párroco, el trabajo del consejo ha terminado. Si el párroco acepta las recomendaciones del consejo, puede solicitar a otros que las implementen. Entonces el trabajo de estudiar, reflexionar y recomendar empieza de nuevo.

Capítulo 4: Las reuniones del consejo pastoral

Los líderes y normas

Los elementos esenciales para que las juntas del consejo pastoral sean provechosas son, el párroco, el presidente, y la agenda. El párroco es quien convoca a los miembros del consejo para pedir su ayuda, y sin el párroco, el consejo no tiene razón de ser ni a quién asesorar. El presidente por su parte conduce la reunión. Sin presidente, los miembros del consejo no sabrían cuándo hablar, y los más habladores dominarían la reunión. La Agenda es el plan de la reunión. Sin agenda, la reunión se convierte en una discusión más, sin estructura ni objetivo. Una buena preparación incluye al párroco, al presidente, y la agenda.

El PARROCO Y LAS REUNIONES

Según las indicaciones del Derecho Canónico, el párroco es el líder del consejo; consulta al consejo pastoral porque quiere conocer más a fondo y servir a la comunidad más eficazmente. Cuanto más conozca a la parroquia, mejor podrá ayudarla a seguir el evangelio. El párroco pide al consejo que ponga todos sus esfuerzos en “asuntos pastorales”, es decir, en asuntos esenciales a la misión, actividad, y programas vigentes de la parroquia. Apartes de todo lo que atañe a la fe, ortodoxia, principios, y leyes de la Iglesia Universal. El párroco o los mismos miembros del consejo, pueden presentar los temas, trabajos y proyectos ha desempeñar por el consejo, los que ayudarán a profundizar sus conocimientos de la parroquia.

El párroco convoca la reunión, para consultar al consejo. La palabra “consultar” tiene un amplio significado. En primer lugar, indica que el párroco tiene alguna duda, o que quiere saber algo más. El tema de consulta puede ser sobre la efectividad del ministerio juvenil, sobre el mantenimiento del inmueble de la parroquia, o sobre el éxito de los programas de ayuda a los más necesitados. En todo caso, es el párroco quien toma la iniciativa, y se dirige al consejo, porque necesita de sus conocimientos prácticos, además de los conocimientos especializados de su personal.

Al citar al consejo, el párroco demuestra su fe en ellos, pues cree que sus miembros le pueden ayudar a dar respuesta a las preguntas y problemas que no puede resolver por sí solo. El consejo ayuda al párroco por medio del estudio, la reflexión, y la oración. Los lazos de unión entre el párroco y el consejo son la fe y el deseo de servir a la comunidad. La oración del consejo y el párroco sirven para reafirmar esta unidad. De esta manera lograrán cumplir la misión que Dios les ha encomendado en La Iglesia. Cuando en el transcurso del cumplimiento de esta misión, surge una duda, el párroco convoca al consejo, y les incita a encontrar la respuesta.

La convocación de la reunión del consejo pastoral, implica algo más: El interés común tanto del párroco como del consejo pastoral sobre la cuestión que ambos tratan de resolver. El párroco y el consejo establecen una alianza mientras tratan de resolver asuntos de la parroquia. Si el párroco no aprueba la respuesta del consejo, él se compromete a expresar claramente su desacuerdo, indicará su determinación y pedirá al consejo que se dirija a otros problemas por resolver.

Esta manera de proceder garantiza la integridad de las reuniones del consejo. La meta común del consejo es encontrar respuestas y soluciones prácticas a asuntos pastorales, e insistir para obtener la aprobación del párroco. La motivación del consejo es la búsqueda de respuestas y soluciones. El párroco hace una pregunta y pide al consejo que le ayuden a encontrar la respuesta. Esta es la dinámica fundamental de las reuniones del consejo pastoral.

FUNCION DEL PRESIDENTE

El presidente es quien coordina, es decir, “vigila” que las reuniones se desarrollen ordenadamente, regulando las intervenciones de los miembros, haciendo cumplir los horarios establecidos. Durante las reuniones, el presidente debe hacer intervenciones prudentes (resumiendo, proponiendo consultas, votaciones, etc…) En cada reunión, el consejo sólo trata y estudia los temas y asuntos del orden del día. Anteriormente, al definir la planificación pastoral hablamos de un proceso de crecimiento para llegar a una meta, esto significa — estudiar todo lo referente al trabajo pastoral, actualizarlo, y sacar conclusiones prácticas — para lograr esta objetivo se recomienda establecer normas específicas para hacer un reglamento de régimen interno. El presidente, en particular, debe entender los proyectos. El o ella han de comprender a fondo los detalles de la agenda. Además, el presidente debe saber cómo apoyar a los miembros del consejo para que logren su cometido. Gracias a la supervisión del presidente, las reuniones del consejo pueden llegar a cumplir las tres funciones de la planificación pastoral, que son reflexionar, considerar, y llegar a formular soluciones prácticas.

Primeramente, el consejo ha de reflexionar sobre asuntos pastorales. Esto significa que el párroco ha informado al consejo de alguna situación pastoral y ha hecho una pregunta para la cual busca una respuesta. La investigación empieza entendiendo la pregunta. El presidente debe asegurarse que el consejo entienda la petición del párroco. El presidente ha de invitar al consejo a compartir sus observaciones iniciales. Los mismos miembros del consejo han de explicar la forma en que van a analizar el asunto. La primera discusión ha de tener como resultado varias propuestas y recomendaciones para investigación más profunda. Estas propuestas podrían ser para investigar, consultar, o escribir una respuesta preliminar. De esta forma los miembros del consejo ejercen su iniciativa al comunicar al párroco nuevos asuntos. Cuando el presidente observa que el consejo llega a una opinión común, les ha de animar a tomar los primero pasos activos, animándolos a la responsabilidad. Mientras la investigación continúa, durante las reuniones posteriores, además de proporcionar un ambiente ordenado que favorezca la discusión entre todos los miembros, el presidente solicita informes de la situación sobre los diversos asuntos.

El siguiente paso es, considerar los resultados de la investigación y reflejar ampliamente sobre ellos. Durante esta etapa, el presidente ha de asegurarse que todos entiendan el propósito de la investigación y cómo ésta responde a la pregunta del párroco. Comentará sobre el progreso del consejo, según el reporte de los minutos distribuidos. Se asegurará que los resultados de la investigación estén disponibles para los miembros del consejo, y que cada uno tenga la oportunidad de expresar su opinión. Al surgir más preguntas después de recibir y dar opiniones en la discusión del consejo, el presidente ha de distinguir entre las preguntas que pueden contestarse inmediatamente y aquéllas que exigen investigación más profunda.

El paso final es trazar conclusiones. Este es el paso más difícil, porque exige que el consejo logre un acuerdo general. Esto implica que el consejo ha asimilado la pregunta del párroco y está preparado a contestarla. Para el presidente es un reto trazar conclusiones. El o ella debe entender el punto de vista tanto del párroco como el de los diferentes miembros del consejo, y tener la capacidad para hacer una síntesis. Esta síntesis final o conclusión ha de ayudar al párroco para llegar a una conclusión final. De esta manera los consejos asisten a los párrocos a tomar decisiones, mostrándole las diferentes dimensiones de cualquier tema hasta resumirlo en una sola idea. Todos los miembros del consejo han de quedar de acuerdo con esta idea final, sólo entonces habrán llegado a un común acuerdo.

En realidad, solamente las decisiones de suma importancia requieren que el consejo llegue a un común acuerdo. Tienen que ser asuntos de interés general, y su resolución debe ser ampliamente aprobada para que sea válida, temas tan generales que no requieran una opinión experta. Hay muchos temas para los cuales el llegar a un común acuerdo no es necesario. Pero cuando el consejo llega a este acuerdo general, el párroco puede estar seguro que esto implica cierta sabiduría. A ésta es la sabiduría a la que el presidente del consejo llegue.

ELABORACION DE LA AGENDA

Una agenda bien preparada ayuda a que las reuniones del consejo sean más eficaces. Es un documento que describe detalladamente el desarrollo de la reunión y declara su objetivo, y ha de ser preparada de antemano por la mesa directiva del consejo. Para que los miembros del Consejo estén adecuadamente preparados para la reunión, es necesario que una semana antes la reciban ( y otros materiales pertinentes). Con una buena agenda, los miembros sabrán de antemano el propósito de la reunión y estarán preparados para participar.

¿Cuáles son los elementos de una buena agenda? El encabezado de la misma debe incluir la fecha, hora, duración y lugar de la reunión. Cada reunión debe incluir un tiempo determinado para la oración y formación de los miembros del consejo. Esto brinda un oportunidad al párroco para reflejar el progreso del consejo y de su propia comprensión sobre los asuntos vitales de la parroquia. Deberá hacer referencia a la junta anterior y los minutos de la misma deberán ser aprobados. A continuación, señalará los distintos temas a ser estudiados por el consejo. Finalmente, habrá un momento reservado para evaluar la reunión y anunciar la hora y el lugar de la próxima junta. A cada tema se le fijará un tiempo determinado para discusión

El núcleo de cada agenda consiste de la serie de temas que el consejo debe discutir y las metas que desea alcanzar respectivamente. No es suficiente apuntar el tema en la agenda solamente, es necesario incluso explicar las soluciones que es consejo intenta poner en acción. Por ejemplo, si el consejo trata sobre las pandillas juveniles de la parroquia, la agenda debe aclarar si el consejo:

  • escuchará algún informe sobre las pandillas
  • abordará el tema de las pandillas
  • desarrollará un plan para reunirse con la comunidad
  • votará sobre los resultados de la investigación
  • estudiará dos soluciones distintas sobre las pandillas y
  • determinará sus conclusiones para el párroco

Cada método exige preparación distinta. Es necesario que los miembros del Consejo sepan si es preciso, pensar detalladamente, aclarar, votar, discutir, o deducir. Este es el objeto principal de la agenda: Al declarar lo que el consejo espera conseguir, la agenda ayuda a asegurar que lo que el consejo pretende realizar sea factible, y que los miembros puedan completar el trabajo que han determinado por ellos mismos.

Este capítulo se ha enfocado en los métodos de liderazgo y los principios de operación. El objetivo ha sido definir la eficacia de una reunión de consejo pastoral. El próximo capítulo, se enfocará en los miembros del consejo, en su elección, su organización en comités, y su relación con otros grupos de la parroquia.

Capítulo 5: El consejo pastoral y la parroquia

Sus miembros, comités, y asociaciones

En el último capítulo estudiamos los elementos que constituyen una buena sesión del consejo parroquial: Un párroco que pide consejo, un presidente que sabe lo que se precisa, y una agenda que muestra a los miembros un plan claro; éstos son los elementos fundamentales. En este capítulo, trataremos sobre los miembros del consejo, queremos entender en qué consiste el ser un buen miembro del consejo pastoral, e incluso el criterio y proceso de su selección. Más aún, examinaremos los comités que lo componen, tales como sus directores o comisiones ejecutivas. Finalmente, conoceremos la relación que existe entre el consejo y otros grupos de la parroquia; su personal, el consejo financiero, y las demás organizaciones parroquiales.

MEMBRESIA

El consejo pastoral no debe ser demasiado grande, sólo lo suficiente “para realizar eficazmente la labor a la que se ha comprometido”. Quince miembros es un número adecuado. Para comprender quiénes formarán los miembros del consejo y cómo representarán a la parroquia, hemos de contestar las siguientes preguntas.

Critero de selección

El Código del Derecho Canónico habla en términos muy generales sobre la membresía del consejo pastoral: Nos explica que han de ser escogidos de tal manera que reflejen la sabiduría de todo el Pueblo de Dios, y que tienen que demostrar los dones específicos de sabiduría y prudencia. Estos dones se demuestran sobre todo en la habilidad para estudiar, investigar, y analizar a fondo los asuntos pastorales. Un consejero también debe tener la capacidad para reflexionar amplia y pacientemente. Por último, un consejero debe tener la capacidad de escuchar diferentes opiniones, saber sacar conclusiones desde diferentes puntos de vista, y saber discernir junto con los demás lo que sea mejor para la parroquia.

En términos prácticos, esto significa que el consejo pastoral debe consistir de un grupo de personas muy variado. No es un concilio de laicos, así que puede incluir a sacerdotes, diáconos, y religiosos. También puede incluir a empleados de la parroquia, pero como éstos asisten al párroco regularmente, no tienen que asistir a las juntas. Los miembros regulares, sin embargo, deben ser católicos practicantes, en buenas relaciones con la Iglesia. Han de estar comprometidos a un vida de oración, a la misión de la Iglesia y sus ministerios, y comprometidos a guardar las directivas de los consejos parroquiales, tal y como se explican en este documento. Por último, han de estar dispuestos a participar en la formación permanente y el seguimiento del procedimiento del consejo.

Representación

El consejo pastoral debe consistir de un grupo muy variado de personas porque debe representar al Pueblo de Dios. Debe estar representada la diversidad de la comunidad, su condición social, profesiones, y el papel que cada uno representa en la parroquia. Esto supone la participación de toda la parroquia en la selección de los miembros del consejo. Mientras más participación exista, de parte de la parroquia en el proceso de elección del consejo, más se reflejará la sabiduría del pueblo. Por otra parte, se evitará cualquier impresión de que el consejo pastoral esté compuesto sólo de las personas que siempre están de acuerdo con el párroco. Los documentos oficiales de la Iglesia declaran que los consejos pastorales representan al pueblo de Dios, pero no de una manera legal, sino que su representación consiste en dar buen ejemplo ante toda la comunidad. Hacen presente la sabiduría de Dios entre su Pueblo.

LA SELECCION DE SUS MIEMBROS

¿Cómo encuentra la parroquia consejeros sabios? Existen varios métodos, los cuales se encuentran en el apéndice de este documento. Por lo general, nos guían tres conceptos básicos. El primero es la disposición de los dones, la cual consiste en la creencia de que en cada parroquia existen los miembros con los dones necesarios para servir en el Consejo Pastoral, y que los miembros de la parroquia pueden identificar estos dones. El segundo, la declaración de aspiraciones reales, es decir, que en la medida que el párroco explique claramente lo que espera de los miembros del consejo, así atraerá a las personas más aptas para ser sus consejeras. El tercero es el Don de discernimiento. Es posible discernir los dones de los candidatos al consejo pastoral. Este discernimiento es un paso importante que se debe llevar a cabo. Examinemos cada una de las formas de discernimiento detenidamente.

Disposición de dones

Colaborar con el consejo pastoral es una vocación y exige poseer ciertos dones. El conocimiento de la parroquia es primordial. La función del consejo es investigar, examinar, y proponer soluciones prácticas sobre asuntos pastorales. La persona considerada para miembro del consejo debe necesariamente tener la capacidad de investigar, examinar, e integrar las opiniones de los demás. Experiencia y sensatez son dones fundamentales. La persona laica considerada apta para el consejo, posee dones los cuales la identifican como aquella que aconseja al párroco con inteligencia, conocimiento y aptitud. Finalmente, los consejeros deben tener integridad, y haber demostrado su fe, moralidad y prudencia Estas son las características de un buen candidato para el consejo.

Aspiraciones reales

El párroco tiene la responsabilidad de explicar claramente a la parroquia lo que espera del consejo pastoral. A él le corresponde indicar el enfoque pastoral del consejo, proponer los temas que el consejo ha de investigar, explicar claramente lo que espera que el consejo realice, en una palabra, es él quien hace las preguntas que motivan las reuniones y el trabajo del consejo. Sólo de esta manera podrá el párroco organizar el consejo pastoral que le pueda ser de mayor utilidad.

Otra importante aclaración debe hacerse sobre la duración del compromiso de servicio en el consejo. El período varía de parroquia en parroquia, pero plazos de dos o tres años son muy comunes. Muchos opinan que la sucesión de plazos deber intercalarse, de manera que no todos los miembros del consejo dejen su posición al mismo tiempo. Esto garantiza la continuidad del trabajo del consejo. Cuando el párroco deja la parroquia, el consejo pastoral deja de existir.

El párroco también debe detallar el compromiso que espera de los miembros del consejo, en cuanto a la frecuencia de las juntas, las responsabilidades de los diferentes miembros, y los requisitos para su formación espiritual, ya sea en forma de clases o retiros. Cabe repetir una vez más, que mientras más explícitas sean las aspiraciones del párroco, mejor oportunidad tendrá de obtener buenos consejeros.

DOS ASPECTOS DEL PROCESO DE DISCERNIMIENTO

La participación popular es un aspecto del proceso de discernimiento. La selección de los consejeros ha de reflejar la sabiduría de la comunidad parroquial. Por eso es que el párroco, por lo regular, confía en la ayuda de los parroquianos para seleccionar a los miembros del consejo pastoral. Existen varias maneras en que los miembros de la parroquia puedan ayudar al párroco a evaluar los dones de los candidatos al consejo pastoral.

Este proceso de discernimiento también puede tomar la forma de elección, pero a menos que los parroquianos entiendan bien la labor del consejo pastoral y que tengan oportunidad para precisar quién es apto para esta función, su selección no será muy útil. Esta es la falla de las elecciones populares. Una elección popular por parroquianos que no estiman la labor del consejo, no puede ser útil. Los parroquianos deben saber que el consejo pastoral tiene un papel determinado en la parroquia, que requiere de personas capacitadas. La selección entre los miembros de la parroquia con el don de servicio para el consejo, requiere percepción deliberada y espiritualmente sincera; es un discernimiento que implica diálogo y oración. Cuando los parroquianos comprenden el ministerio del consejo pastoral y tienen la oportunidad de discernir qué parroquianos están preparados para él, pueden contribuir enormemente en la selección de los miembros del consejo pastoral.

COMITES

Los comités del consejo pastoral no son comisiones permanentes; son creados para realizar una tarea específica y se desintegran después de completarla. Se catalogan en dos clases, el comité ejecutivo y de agenda, y una variedad de comités provisionales.

El comité ejecutivo

El comité ejecutivo o de agenda usualmente esta formado por el párroco y los funcionarios del consejo, o sea, el presidente, vicepresidente y secretaria. El comité produce la agenda e informa a los miembros con anticipación. El párroco encabeza la junta y el presidente la dirige apoyado por el vicepresidente. El (la) secretario(a) anota los minutos de las juntas del consejo pastoral, para que los miembros puedan apreciar si resolvieron los asuntos de la agenda.

El comité ejecutivo determina la agenda del consejo. Sin embargo, inesperadamente, los miembros de la parroquia pueden pedir al comité exponer asuntos en la agenda. Existen dos cursos de acción para responder a esta situación: Uno, el comité ejecutivo puede incluirlos inmediatamente en la agenda o en la agenda de una junta futura. Dos, el comité ejecutivo indicará a los miembros de la parroquia que este asunto no pertenece a la agenda del consejo pastoral, y relegará el asunto en questión al párroco, personal parroquial, o alguna otra organización de la parroquia.

Comites provisionales

Frecuentemente los consejos pastorales establecen comités para ayudarlos a cumplir la función del consejo de estudiar y reflexionar. Estos comités encabezan una investigación especial, una búsqueda, una encuesta, un estudio de los parroquianos, o consultan a expertos. El propósito de los comités es estimular el trabajo primordial del consejo, de investigar y estudiar un asunto. Ni el consejo, ni mucho menos sus comités, establecen las recomendaciones del consejo. Cuando el párroco acepta las recomendaciones del consejo, él crea comités para cumplirlos. Estos son comités de la parroquia, no comités del consejo.

El concepto general es que el consejo pastoral recomienda y el párroco (a través de su personal y a través de voluntarios) los organiza. El consejo ayuda a identificar el método para realizar sus recomendaciones, pero continúan siendo recomendaciones.

CONEXION CON LA PARROQUIA

El consejo pastoral es una entidad representativa, no una entidad de representantes. Muestra la sabiduría del Pueblo de Dios, no los partidos dentro de la parroquia. Los miembros del consejo no deben ser elegidos porque pertenecen a determinado ministerio u organización de la parroquia, sino porque tienen los dones necesarios para participar en el consejo pastoral.

Contrario al personal de la parroquia, el consejo pastoral no es un grupo de expertos en catequesis, liturgia, cuidado pastoral, o educación. La contribución del consejo es su sabiduría y experiencia. Los párrocos recurren al consejo no para obtener una opinión de expertos, sino para recibir consejo basado en su conocimiento de la comunidad. Comúnmente, los expertos opinan lo que conviene a todos en general, pero a menos que sean miembros de la parroquia, no pueden asegurar lo que conviene a la comunidad. Los consejos son creados para ayudar al discernimiento de decisiones, y logran una decisión optando, entre varias posibilidades, por la que es más conveniente para la parroquia.

Generalmente, los miembros del personal de la parroquia no forman parte del consejo, pero pueden asistir si su presencia es requerida. El consejo pastoral no está encargado de “coordinar” a los comités de la parroquia en cuestión de administración. Ese papel le pertenece al párroco. El se asegura que los otros grupos parroquiales (como el consejo de finanzas, organizaciones y comités) proporcionen la información al consejo pastoral que necesita para aconsejarlo adecuadamente. El consejo debe estar informado de las actividades de otros grupos.

Este capítulo se ha dirigido a los miembros del consejo pastoral. Ha determinado medidas generales para escoger a los miembros del consejo y sus comités, además de la conexión del consejo con el personal y otros grupos de la parroquia. Expresa y define la función importante que desempeña el consejo. La labor específica del consejo, obliga a escoger a miembros capaces de facilitar esa función y ninguna otra. El próximo capítulo explica cómo los párrocos organizan los consejos pastorales.

Capítulo 6: Medidas para establecer el consejo pastoral en una parroquia

Aunque la mayoría de las parroquias en Estados Unidos tienen consejo pastoral, aún existe una de cada cuatro de ellas que no lo tiene. Algunas parroquias nunca han tenido consejo, otras los tuvieron pero al presente no lo tienen. Cuando un párroco desea la clase de interés enfocado, que solamente el consejo le puede proveer, necesita saber cómo empezar. Este capítulo le guiará a él y a sus asociados a través del proceso inicial.

DESEO DE FORMAR UN CONSEJO

El primer paso para planear la formación de un consejo pertenece al párroco. Empieza con la necesidad de consultar. Necesita organizar un grupo de parroquianos de confianza; capacitados para ayudarle a estudiar asuntos pastorales y ofrecerle conclusiones viables, por medio de una sabiduría prudente. A través del consejo espera obtener una visión más profunda para planear el programa pastoral de la parroquia, y para llevarlo a cabo con eficacia.

Una vez que el párroco ha reconocido el valor del consejo, ha de estudiar la manera de formarlo. Estas pautas ya lo dirigieron hacia los documentos principales de la Iglesia y la literatura popular acerca de los consejos. Pero el párroco ha de asesorarse con aquellos que tienen experiencia en consejos. El personal de la Oficina de Consejos Pastorales de la Arquidiócesis proporciona consulta personal así como seminarios y sesiones de entrenamiento para el personal y voluntarios de la parroquia. La oficina está dispuesta a compartir sus conocimientos sobre los consejos pastorales, ayudar a crear el consejo y a preparar nuevos miembros.

EL PERSONAL DE LA PARROQUIA

Cuando un párroco decide formar un consejo pastoral, tiene que envolver al personal de la parroquia. Los miembros del personal desean conocer el motivo que tiene el párroco para tener un consejo para poder consultar. El personal necesita comprender la diferencia entre la ayuda profesional que ellos le puedan dar y la pericia práctica que los inexpertos puedan dar. El personal debe comprender, además, que el consejo formado por no expertos da una visión y análisis más práctico en materias de pastoral. Los consejos ambicionan discernir, entre los diversos componentes, que los expertos juzgan posible y deseable, el camino más sabio y prudente para aquella parroquia en particular. El trabajo del consejo toma mucho tiempo, pero éste está bien empleado cuando las juntas son adecuadamente planeadas y se conducen ordenadamente. Los consejos tienen dones y visiones que complementan el trabajo del personal de la parroquia.

Los párrocos no sólo informarán al personal, sino también le consultará sobre temas y estilos de reuniones del consejo. Por ejemplo, qué áreas del programa pastoral podrían beneficiarse después de una investigación y análisis. Qué aspectos de la vida parroquial (como culto, educación, caridad, y evangelización) necesitan ser atendidos. El personal de la parroquia puede ayudar al párroco a determinar qué temas tiene que investigar el consejo.

COMITE ADMINISTRADOR

Una ver el párroco ha decidido formar un consejo pastoral y el personal entiende su relación con este futuro consejo, entonces el párroco establecerá un Comité Administrativo. La tarea del comité es dirigir el proceso que terminará con la formación del consejo. El comité recomienda al párroco sus conclusiones prácticas. Para la formación de este comité el párroco escoge parroquianos y miembros del personal que estén con él de acuerdo con la formación de un consejo. Los párrocos también buscarán un coordinador competente. La tarea de Comité Administrativo es la siguiente:

  • Definir el propósito del consejo pastoral.
  • Educar a los parroquianos sobre este propósito.
  • Invitar a los parroquianos a participar en el consejo.
  • Supervisar la selección de los miembros para el consejo.
  • Escribir una constitución o normas de operación para el consejo.

Para poder lograr su primera tarea, el Comité Administrativo, debe escribir una declaración indicando el por qué de un consejo. Esta será la base para establecer una constitución o documento fundacional del consejo. Como lo indica la doctrina de la Iglesia, este documento debe declarar el objetivo de los consejos. Además, tiene que determinar cada cuándo se reúne el consejo, la duración de la reunión y cómo se escogen a sus miembros. Aquí con un coordinador experimentado se puede asegurar que el Comité Administrativo comprenda el papel y la función del consejo pastoral. El coordinador les puede informar de las distintas maneras de organizar un consejo y además de ayudar al Comité Administrativo a llegar a conclusiones prácticas que después se entregarlas al párroco. Esta es la primera tarea del Comité Administrativo. La segunda y le tercera tarea del Comité Administrativo, es educar a los parroquianos con referencia al consejo pastoral. Hay muchas maneras de llevar a cabo, pero la más eficaz es invitar a todos los parroquianos interesados a una serie de asambleas abiertas. En esta reuniones, el párroco y el Comité Administrativo explican el motivo para formar un consejo. Estos a su vez piden a los parroquianos que presenten temas de estudio y reflexión para el consejo. De ésta manera, los miembros del Comité Administrativo educan a los parroquianos y les invitan a su participación.

SELECCION DE MIEMBROS

La cuarta tarea del Consejo Administrativo es, el supervisar la selección de nuevos miembros al consejo. En el capítulo anterior, identificábamos los principios generales para la selección del consejo. Estas normas generales señalaron las cualidades necesarias para ejercer eficazmente en un consejo, la importancia de una clara emisión de los deseos del párroco, y el proceso que permite a los parroquianos participar en la elección de los miembros del consejo. Cada uno de estos elementos son importantes. Si el párroco da una explicación clara sobre la importancia de consultar, y les describe el tipo de personas que él desea en el consejo, entonces los parroquianos podrán ayudarle a hacer una selección adecuada.

El próximo capítulo recomienda tres métodos para seleccionar a los miembros del consejo. El primer modelo es llamado “conocimientos compartidos”. En este modelo, los parroquianos estudian todo lo relacionado al ministerio del consejo y la manera de discernir su propia idoneidad para el mismo. Si ellos se juzgan tener vocación para servir en el consejo, se pueden auto-postular. El segundo modelo es el “ejemplo del comité de candidatura”. En este modelo, el comité de elección entrevista a los candidatos, después presenta a los seleccionados al párroco para su nombramiento. El tercero es una “combinación de modelos”. Se combinan el “compartimento de conocimientos” de las asambleas abiertas, y un grupo pequeño para entrevistar y seleccionar a los miembros del consejo, con el modelo del “comité de elección”. Los tres modelos educan a los parroquianos plenamente, invitan a posibles miembros a discernir sus facultades, e implican a la comunidad de la parroquia.

Los consejos pastorales pueden causar un gran impacto en el personal y en la congregación de la parroquia. Los párrocos que deseen formar un consejo pastoral necesitan planearlo bien. Tal planificación debe empezar por la visión de la Iglesia tocante a los consejos, y debe aprovechar los conocimientos de peritos. Los párrocos también deben consultar con los miembros del personal de su parroquia. Cuando el personal de la parroquia entiende el papel del consejo, ellos mismos ayudan al consejo a identificar las materias pastorales, la manera de estudiarlas y de plantearlas. Pero en pocas palabras, la función de establecer el consejo le pertenece al Comité Administrador. El comité aclara la función del consejo, educa a los parroquianos y solicita su participación, finalmente, supervisa la selección de los miembros del consejo.

En este capítulo, hemos indicado cómo crear un consejo pastoral. El proceso es algo difícil pero vale la pena el esfuerzo. El párroco que fundamenta su consejo pastoral en tierra firme y bien cultivada, recaudará un cosecha de investigación cuidadosa, una reflexión completa, y asesoramiento seguro. Los miembros de tal consejo tendrán la satisfacción de poner sus facultades al servicio de la parroquia, la facultad de investigar pacientemente, de reflexionar prudentemente, y de aconsejar al párroco acertadamente. Los consejos pastorales no substituyen al personal y a los voluntarios leales de la parroquia, sino que ayudan a asegurar la efectiva realización de la misión de su parroquia después de que ésta haya sido adecuadamente determinada y cuidadosamente planeada.

Capítulo 7: Selección de los miembros del consejo

Prototipos recomendados

Los principios generales para seleccionar a los miembros del consejo se presentaron en el capítulo cinco, los resumimos aquí de la siguiente manera:

Es necesario que las personas consideradas para el consejo sepan la función principal del consejo y las expectativas del párroco. Los miembros del Consejo deben poseer facultades especiales, como la capacidad para estudiar, reflexionar, y lograr la armonía con los demás. Toda la parroquia debe participar durante la selección de los miembros del consejo. Deben tener la oportunidad de considerar qué parroquianos están adecuadamente preparados para pertenecer al consejo pastoral.

Existen muchas formas de aplicar estos criterios apropiadamente, y muchos estilos de seleccionar a los miembros del consejo. Los próximos tres sistemas dan énfasis a la importancia de detallar las expectativas, el discernimiento de facultades, y la participación de la comunidad.

MODELO DE “CONOCIMIENTOS COMPARTIDOS”

La Hermana Benedictina, Mary Benet McKinney, describió el modelo de “Conocimientos Compartidos” con las siguientes características:

A. INFORMACION

Los parroquianos se enteran del ministerio del consejo pastoral mediante las homilías, boletines de la parroquia, etc…

B. DISCERNIMIENTO

Las personas interesadas en este ministerio asisten a una serie de reuniones. Las reuniones informan a las personas, lo qué implica participar en el consejo. Allí los parroquianos pueden relacionar sus propias cualidades y talentos con las necesidades del consejo.

C. NOMINACION PROPIA Y APROBACION

Un individuo que se considera a sí mismo apto para este ministerio necesita comprobar aptitud. El o ella deben consultar al párroco o un miembro del personal .

D. SELECCION

Una vez que el discernimiento de candidatos ha terminado, escribe la Religiosa Mary Benet, “el proceso de la elección definitiva cambia según la experiencia y expectativas de la parroquia o diócesis: la elección, nombramiento, o una combinación de los dos.”

MODELO DEL COMITE DE ELECCION

Otro modelo popular para la selección de consejeros requiere la organización de un comité parroquial de elección. Este modelo recomendado por el Padre William Rademacher y Marliss Rogers, requiere el mismo proceso de formación que el modelo de “Conocimientos Compartidos”, pero hace uso de un comité para seleccionar de entre todas los parroquianos sugeridos a los más idóneos candidatos. Después de esto, el comité propone una planilla de nominaciones, y procede a la elección parroquial general. Estos son los pasos a seguir en este modelo:

A. FORMACIÓN DEL COMITÉ

El comité de elección que incluye el párroco, es el encargado del proceso de selección de los candidatos.

B. PREPARACIÓN DE LA COMUNIDAD

El comité de elección es el encargado de informar a la comunidad parroquial sobre la selección de los miembros del consejo, ya sea desde el púlpito, el boletín, u otros medios de comunicación.

C. POSTULACIÓN DE LOS CANDIDATOS

El comité enumera una lista de cualidades e identifica a los posibles candidatos. Estos pueden ser miembros del comité parroquial, parroquianos con facultades especiales, o personas nominadas por otros parroquianos o por sí mismos. El comité ha de informar a los candidatos y obtener su consentimiento.

D. ENTRENAMIENTO DE CANDIDATOS

El comité exige que los candidatos participen en una sesión de entrenamiento.

E. PREPARACIÓN DE LA PLANILLA DE CANDIDATOS

Una vez que el comité ha informado a la parroquia sobre la planilla de candidatura, ha de proporcionar a los parroquianos la oportunidad de conocerlos. Se publica el curriculum vitae de los candidatos y organiza sesiones de conozca a su candidato.”

F. LA ELECCIÓN

La elección se efectúa antes o después de las liturgias del domingo, o se pueden enviar por correo las papeletas de votación a los parroquianos registrados.

COMBINACION DE MODELOS

Otro método más de elección combina las asambleas abiertas de la parroquia y el discernimiento por un comité de elección. Así como en el modelo de conocimientos compartidos, este modelo usa las asambleas abiertas para permitirle a los parroquianos participar. Igual que en el modelo de comité de candidatura, un equipo pequeño de parroquianos considera a candidatos, dirige sesiones de entrenamiento y selecciona al consejo.

A. NOTIFICACIÓN DEL PÚLPITO

El párroco (en parroquias grandes, ayudado por los otros sacerdotes de la parroquia) da una explicación sobre el consejo pastoral y las aptitudes de sus miembros, después de las Misas Dominicales, durante los anuncios. Invita a la comunidad a anotar el nombre y número de teléfono de parroquianos que tengan las cualidades para ser miembros del consejo, les pide que los depositen en las cajas convenientemente situadas dentro de la Iglesia. Este proceso se puede llevar a cabo durante dos fines de semana consecutivos para informar, e impulsar mayor participación de los parroquianos.

B. PUBLICACIONES

Colocar circulares especiales dentro del boletín, volantes, y carteles, también se publican los planes para formar el consejo pastoral. Proporcionando un folleto que se pueda arrancar para nominar a un parroquiano para el consejo.

C. ASEMPLEAS ABIERTAS

En una tarde o más de oración, los parroquianos ruegan por dirección y apoyo para la elección del nuevo consejo.

D. COMITÉ DE SELECCIÓN

En parroquias con consejos vigentes, un comité con miembros del consejo saliente, junto con el párroco, revisa la candidatura. Cada candidato es notificado por teléfono. Aquéllos dispuestos a participar, acuden a una o más sesiones de instrucción sobre el consejo y las responsabilidades de los miembros. En parroquias sin consejo vigente, un grupo provisional o el personal de la parroquia notifica a los candidatos y obtiene su consentimiento para participar en el consejo.

E. ORIENTACIÓN DE LOS CANDIDATOS

Ubicar al consejo consiste en desarrollar un proceso de información y crecimiento a nivel del pequeño grupo de candidatos. Durante este proceso, el párroco expresa su afinidad con el consejo pastoral. El actual presidente del consejo (o otro consultor informado) proporciona una descripción detallada de las reuniones y funciones. Se pide a los participantes a declarar oralmente y por escrito por qué desean participar y la pericia que traen al ministerio del consejo.

F. ELECCIÓN DE LOS MIEMBROS

A continuación, el párroco y los miembros del consejo salientes ( o el grupo provisional) exploran lo que vieron y oyeron durante la orientación. Disciernen entonces, mediante la oración y discusión cuáles candidatos seleccionarán para participar en el consejo.