Consulta

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Un taller de trabajo sobre ministerio con Mark F. Fischer, al Seminario de San Juan, Camarillo, sábado, el 22 de agosto, 2009

Introducción

En este taller vamos a hablar sobre el tema de la consulta en la iglesia.  El tema es muy importante, porque nosotros los líderes buscamos la sabiduría.  La buscamos porque es un sacramento de la presencia del Espíritu.  La sabiduría del Espíritu puede unirnos a nosotros, a nuestras comunidades, y a todo el pueblo de Dios.  Nosotros consultamos con nuestro pueblo porque Dios vive en la comunidad.  Si no conocemos a nuestro pueblo, tampoco conocemos a Dios.

Hoy vamos a estudiar el método y el fundamento de la consulta.   Veremos por qué a veces encontramos resistencia en la implementación de nuestros planes.  Cuando el pueblo resiste a nuevas iniciativas, duda de la sabiduría de ellos.  El buen líder, como el buen pastor, conoce a su congregación.  La congregación conoce al líder también.  Tiene fe en su líder.  Tiene la fe de que es un líder consultivo.  El pueblo tiene confianza en el líder—la confianza de que él los va a respetar.  El líder sabe que las opiniones del pueblo son importantes.  En sus opiniones, el líder encuentra la sabiduría del Espíritu.

Introducciones

Pero antes de una descripción del plan de hoy, tenemos algunos momentos para conocernos, los unos a los otros.  Me llamo Mark Fischer y soy profesor de teología aquí en el seminario de San Juan desde 1990.  Tengo un gran interés en la consulta eclesial, y he escrito algunos libros sobre los consejos pastorales.  Estos consejos son ejemplos de la consulta eclesial.  Pero no tenemos que ser pastores oficiales para obtener los beneficios de la consulta en la iglesia.

Quería saber sus nombres, sus parroquias, y sus ministerios.  ¿Qué los motivó a asistir a este taller hoy?  ¿Qué esperan Ustedes de un taller sobre el tema de la consulta?

Los tres pasos de este taller

El plan de hoy es, primero, repasar la situación actual de nuestras comunidades.  Vamos a describir nuestras metas, objetivos y esperanzas para nuestras parroquias.  ¿En qué dirección nos invita el Espíritu?  ¿Cuáles son nuestros sueños para la comunidad?  En pocos minutos, voy a pedirles que escriban algunas de sus metas o esperanzas para la comunidad.  Al mismo tiempo, vamos a repasar los obstáculos que impiden la realización de estas metas y esperanzas.  ¿Qué impide la ejecución de nuestros planes?  ¿Por qué a veces no tenemos éxito con los objetivos y esperanzas que tenemos para nuestras comunidades?  La descripción de esos objetivos y obstáculos es el primer paso de nuestro taller hoy.

Mi tésis es simple.   Cuando el buen líder encuentra los obstáculos que impiden las metas de su comunidad, necesita consultar con la comunidad.  Los obstáculos indican las dudas del pueblo.  Hay miembros que dudan de la sabiduría de una acción o una dimensión de la política parroquial.  En esos casos, el buen líder consulta a la comunidad y busca su aporte.

En el segundo paso, vamos a contemplar el método de la consulta.  Los documentos de la iglesia nos ofrecen una idea del rol del pastor en la consultacion.  Es lo mismo para cada líder.  Primero, el líder pide que un grupo estudie o investigue un aspecto de la situación pastoral.  Segundo, pide que los miembros reflexionen sobre lo que han estudiado.  Finalmente, los invita a que lleguen a una conclusión, y que la presenten en forma de recomendaciones.  Éste es el triple deber de la consulta pastoral – estudiar, reflexionar y recomendar.  Esto se llama planificación pastoral.  Nuestro segundo paso es una consideración de la práctica consultiva

Por último, el buen líder quiere ayudar a la comunidad.  Quiere ayudar a los fieles a realizar su vocación.  Esta vocación es a escuchar la voz de Dios, a escuchar al Verbo divino, y a seguir al buen pastor.  La consulta es una vía, una manera en que podemos discernir la voz y el verbo divinos.  Cuando nuestro pueblo cree que esta voz y este Verbo están claros, y cuando la comunidad tiene la confianza de que una acción es un ejemplo de la divina voluntad, va a accionar.  La congregación seguirá al líder como a un buen pastor.  Servirá alegremente y voluntariamente en los ministerios e iniciativas de la parroquia.  La consulta no es una técnica para ganar voluntarios, pero sí es un instrumento de discernimiento.  Creemos que el buen discernimiento del futuro incluye un discernimiento de quiénes van a realizar las tareas necesarias y cómo.

En el último paso para hoy, vamos a suponer que nuestra consulta ha sido un éxito.  Nuestros planes han sido aceptados.  El pueblo se ha convocado detrás de una acción o una nueva política parroquial.  El pastor oficial ha dado su bendición.  Queda sólo una pregunta.  ¿Quién va a implementar la nueva iniciativa, acción, o política?  Naturalmente, Usted será el jefe o supervisor.  Pero, ¿quién va a hacer el trabajo?

En nuestro paso final, vamos a considerar el método y el fundamento de la delegación de tareas.  Veremos que la delegación es un arte multifacético, con un primero nivel sosteniendo el segundo, y de ahí para arriba.  Solamente después de una consideración de los detalles del trabajo mismo, de la comunicación entre Usted y los voluntarios, y de las esperanzas y la autoridad de las voluntarios, puede decidir a quién puede delegar un trabajo o ministerio.

Para repasar: en tres pasos, vamos a ver nuestros objetivos para la comunidad, nuestro método de la consulta, y nuestra competencia en el arte de la delegación.

Primero paso: Nuestros objetivos para la comunidad

Comenzamos con el primero de nuestros tres pasos.  En pocos minutos, voy a invitarles a hacer dos reflexiones.  La primera reflexión es teológica.  Es una respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué es la invitación del Espíritu Santo?  ¿Hacia dónde nos llama el Verbo Divino?  ¿En qué dirección nos conduce la voz de Dios?  En breve, la reflexión teológica nos presenta a la imaginación cristiana.  Imaginamos nuestro futuro parroquial.  Veremos los objetivos, las iniciativas, y las metas que pueden ayudarnos y a nosotros y a nuestras comunidades.  El futuro cristiano es la fruta de nuestra primera reflexión, la reflexión teológica.

Hay otra reflexión, una reflexión más bien práctica.  En esta reflexión, nos preguntamos sobre los obstáculos que impiden la realización del futuro.  Los obstáculos indican las dudas o las vacilaciones del pueblo.  La comunidad puede dudar de la sabiduría de un curso de acción.  Puede vacilar entre algunas preferencias.  El buen líder tiene que hacerle caso a los obstáculos.  Necesita pausar y deliberar.  ¿Qué significan?  ¿Qué es la verdad?  ¿Qué es prudente?

Dos ejemplos

Permítanme compartir dos ejemplos.  El primero viene de la parroquia de Santa Julie Billiart en Newbury Park.  Santa Julie fue la inspiración de las Hermanas de Notre Dame.  En la parroquia de Santa Julie hay un diácono que se llama D. Smith.  Tiene un gran interés en la justicia social.  Desde hace muchos años, ha liderado viajes a Tijuana y Tecate con los muchachos que son candidatos para el sacramento de la Confirmación.  Cada año, él y los jóvenes construyen casas simples en Tijuana para los pobres.

En 2006, Dave convocó a un grupo a estudiar la posibilidad de una misión a África.  El grupo se juntaba cada mes para considerar cómo la parroquia podría ayudar a una iglesia o a un colegio en África.  Después de un año, el grupo hizo recomendaciones al pastor de la parroquia.  Recomendó que la parroquia hiciera una donación anual al colegio de Santa Julie en Buseesa, en la Republica de Uganda.  El grupo del diácono David Smith fue un buen ejemplo de la consulta.  Gracias al grupo, la parroquia está lista para sostener un colegio en un distrito muy marginal y rural del país.

Tengo otro ejemplo.  Aquí en Camarillo, está la parroquia de la Magdalena.  El párroco, Padre Jim Stehly, quería establecer un comité de justicia social, porque antes no existía ninguno en la parroquia.  Antes de crear el comité, Padre Jim lo consultó con su consejo pastoral.  Pedía al consejo investigar los esfuerzos previos de la parroquia en el campo de la justicia social.  Descubrió que había muchos comités y grupos que trabajan por la justicia social.  Ya existen grupos que ofrecen ayuda a las nuevas madres, grupos como la Sociedad de San Vicente de Paúl y las Guadalupanas.  Padre Jim no sabía de todos los esfuerzos de la parroquia.  Se dio cuenta de que no hacía falta un nuevo comité.  Pero sí faltaba un buen instrumento que comunicara los éxitos de sus ministerios.  A raíz de la consulta, Padre Jim y el consejo escribieron una noticia para el boletín parroquial, describiendo los grupos que se dedican a la justicia social.  Durante su consulta, el párroco ganó un aprecio mayor acerca de los ministerios de la parroquia.

Reflexiones teológicas y prácticas

Entonces, en este primer paso, les invito a hacer las dos reflexiones – la teológica y la práctica.  ¿Qué le pide el buen pastor a sus comunidades?  ¿Qué impide respuestas de la comunidad?  Por favor, discutan entre Ustedes estas reflexiones.  Tendremos una pausa a las 2:15.  Durante la pausa, le pediré a tres voluntarios a escribir sus pensamientos para luego compartirlos con el grupo.

Segundo paso: cómo se lleva a cabo una consulta

  1. Repaso.  El motivo de la consulta.  El buen líder consulta para discernir la sabiduría de la comunidad, como un sacramento de la sabiduría del Espíritu Santo.  La consulta no es una técnica para ganar voluntarios.  Pero sí es un instrumento de discernimiento.
  2. Nuestras situaciones.  Todos los líderes tenemos esperanzas para el pueblo.  Proponemos las iniciativas, los objetivos, y las metas que creemos que el buen pastor nos invita a proponer.   Pero a veces encontramos algunos obstáculos, los cuales indican las dudas de la comunidad.  Consultamos para comprender sus dudas y vacilaciones.
  3. ¿Qué es una “consulta eclesial”?  En los documentos de la iglesia, tiene tres partes: 1. Investigación.  2. Reflexión.  3. Conclusión.
    1. Investigación.  Investigar la situación pastoral significa estudiar, leer artículos y libros, navegar el Internet, examinar, consultar con expertos, llamar a oficiales diocesanos, y entrevistarse con los miembros de la comunidad.
    2. Reflexión.  Reflexionar significa considerar, criticar, discernir, analizar los frutos de la investigación, y contemplar.  Básicamente, le rogamos a Dios para que nos ilumine.
    3. Concluir.  Concluir significa tomar decisiones, hacer compromisos, convocar, concordar, y hacer una síntesis.  El resultado de una consulta es un consenso que pueda unir a la comunidad.
  4. Las implicancias de la doctrina de la consulta.  La decisión de consultar tiene implicancias para el líder y para la comunidad en consulta.
    1. Implicancias para el líder.  El líder consulta porque busca algo de la comunidad: la sabiduría del Espíritu Santo.  Un conocimiento de las dudas y vacilaciones del pueblo.  La prudencia sobre cómo accionar en la situación actual.
    2. Implicancias para la comunidad.  El pueblo entiende su situación, sus necesidades, y el clima político de la parroquia.  Las buenas ideas de un líder no bastan, porque también requieren la cooperación de la comunidad.
  5. Reflexión práctica.  ¿Sobre cuáles temas estarán investigando?, y ¿cómo los investigarán?  ¿Qué tipo de conclusión anticipan?

Tercer paso: El arte de la delegación

  1. Repaso.  Cuando el buen líder encuentra obstáculos que implican dudas o vacilaciones de parte de la comunidad, el líder:
  2. Punto teológico.  El apoyo genuino de la comunidad es un sacramento – una señal – de la voz de Dios, del Verbo Divino, y del Espíritu Santo.
  3. La fase de la implementación.  Después de la consultación viene la implementación.  Para implementar una iniciativa sabia, hay que traducir las teorías a la práctica.
    1. El peligro de la implementación.  Frecuentemente contemplamos el futuro en general.  Pero necesitamos planificar en detalle.  Sin los detalles, nuestros planes son sueños sin sustancia.  Creemos que hemos planificado bien, pero nuestra consulta era superficial.
    2. Una buena consulta incluye las siguientes etapas de delegación: (a) los detalles del trabajo mismo, (b) la comunicación entre usted y los voluntarios, (c) las expectativas de los voluntarios, (d) la autoridad de las voluntarios, y (e) los medios de supervisión.
    3. El reclutamiento de los voluntarios.  Sólo después de la consideración de las cinco etapas de la delegación se puede reclutar a los voluntarios.
  • consulta un grupo representativo y sabio.
  • le pide al grupo que investigue, reflexione, y haga conclusiones.
  • busca un conocimiento claro de la situación.

El paso final: Los cincos artes de la delegación

A.    Los detalles del trabajo mismo:

  • ¿Qué son los diferentes partes del trabajo?
  • ¿Con quiénes trabajamos nosotros?
  • ¿Qué es el horario de la implementación?

B.     La comunicación entre usted y los voluntarios.

  • ¿Cómo comunicamos?
  • ¿Qué es la frecuencia de la comunicación?

C.     Las expectativas de los voluntarios.

  • ¿Explica el líder lo que los siguientes pueden anticipar?
  • ¿Le pide el líder de los voluntarios sus expectativas?
  • Cuando el líder y los siguientes tienen diferentes expectativas, ¿hay oportunidades para discutirlas?

D.    La autoridad de los voluntarios.

  • ¿Delega el líder a los voluntarios un parte de su autoridad?
  • ¿Les clarifica el líder el extenso de la autoridad?
  • ¿Les expresa los limites de la autoridad?

E.     Los medios de supervisión.

  • ¿Anticipan los voluntarios las evaluaciones periódicas?
  • ¿Existe un descripción del trabajo?
  • ¿Cuándo se reúnen el líder y los voluntarios?

Reflexión al cuarto paso

  • ¿Cómo mejoro mis capacidades para anticipar y comprender el trabajo de los voluntarios?
  • ¿Cómo los superviso mejor?

Conclusiones de hoy

A.    El buen pastor nos invita discernir el futuro en que vive el Espíritu Santo.

B.     Cuando encontramos obstáculos, debemos ver que ellos significan las dudas o las vacilaciones del pueblo.  Son expresiones de la sabiduría de la comunidad.

C.     En una consulta, podemos planificar e implementar con la prudencia.

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